martes, 14 de octubre de 2014

Carta que firmó Juan Carlos Sosa Ramirez ante jurídico y el Director Fernando Castañeda. Agresor de la FCPyS.


Comunicado Red No Están Solas. Caso FCPyS . A cinco meses del escrache al agresor Juan Carlos Sosa Ramírez en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM



México D. F. a 14 de octubre de 2014

Comunicado Red No Están Solas. Caso FCPyS
A cinco meses del escrache al agresor Juan Carlos Sosa Ramírez en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM

A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA;
A LAS REDES FEMINISTAS;
A LA SOCIEDAD CIVIL;
PRESENTE.

Por este medio, queremos hacer del conocimiento público información veraz en torno a la denuncia contra el agresor Juan Carlos Sosa Ramírez: en primer lugar, debemos aclarar que, el pasado 13 de Mayo realizamos una acción de protesta pública en contra de dicha persona en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), como un recurso desesperado de visibilización ante la impunidad que vivimos en el sistema de justicia mexicano y, lamentablemente, en la propia Universidad.

Creemos que ante la impunidad debemos construir la justicia social que las instituciones no logran consolidar; por ello es que las tres estudiantes universitarias que se atrevieron a romper el silencio y denunciar las agresiones cometidas por el estudiante (entonces profesor adjunto) ante las autoridades universitarias correspondientes. Dichas autoridades, dieron respuestas enmarcadas en el silenciamiento institucional y complicidad en el entramado burocrático universitario que obligadamente debe atender estos casos entre la comunidad universitaria.

Además, las denunciantes en el ejercicio de su derecho al acceso a la justicia, sólo encontraron omisiones y acciones disuasivas para desistir de la denuncia violando los derechos universitarios y los derechos humanos de las mujeres, que la UNAM se encuentra obligada a proteger, a pesar de que las denuncias estaban sustentadas por pruebas y un proceso penal abierto en contra del citado.

De esa manera, creemos importante informar a la comunidad universitaria la odisea por la cual las sobrevivientes tuvieron que pasar para ser escuchadas y lo que obtuvieron de las autoridades después de la lucha articulada entre estudiantxs solidarixs.

Los hechos: entre los meses de septiembre y octubre de 2013, después de un proceso de asesoría, tres universitarias de la FCPyS presentaron sus denuncias contra el estudiante de Administración Pública, Juan Carlos Sosa Ramírez, en la Unidad de Seguimiento a Denuncias Universitarias de la UNAM, posteriormente turnadas al Abogado de la Facultad. Dichas denuncias, entre otras cosas, expresaban el riesgo a la integridad física y psicológica que tenían las tres universitarias denunciantes pues el agresor, después de haberse ausentado por un tiempo considerable, regresó a la universidad donde tenía contacto con ellas.

Los actos perpetrados por el agresor (motivos de la denuncia) tienen un modus de violencia agravada, ocasionaron estrés postraumático a las sobrevivientes, ya que las tres fueron agredidas por él; asimismo, dos de ellas son ex parejas de Juan Carlos Sosa quienes fueron violentadas de manera física, psicológica y sexual.

Hubiera bastado con la palabra de estás mujeres para que la UNAM interviniera; no obstante, ellas aportaron diversas pruebas: una averiguación previa en la cual se consta la detención infraganti de Juan Carlos Sosa Ramírez al encontrarlo agrediendo a una de las sobrevivientes afuera de su domicilio.

Del mismo modo, se aportó el dictamen médico y declaraciones de testigos de otra de las denunciantes, donde constaba la lesión ocasionada por un golpe en la nariz que el agresor le propinó. Se entregaron dictámenes psicológicos emitidos por el Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI) de la PGJ-DF, las cuales determinaron afectaciones psicológicas por violencia intrafamiliar; y dictamen aportado por una terapeuta donde además se le diagnosticó estrés postraumático debido al elevado grado de violencia ejercido por Sosa Ramírez durante un lapso reiterativo, razón por la cual, el CAVI concluyó que él tenía un perfil de agresor. Todos estos dictámenes, además de las declaraciones por parte de testigos (estudiantes) de la misma FCPyS fueron entregados al abogado de la Facultad.

Ante ello, las autoridades señalaron que todos estos hechos se habían realizado fuera de las instalaciones de la Facultad, por lo cual no era de su competencia, aún cuando en una de las denuncias constataban que las agresiones se presentaron dentro de la FCPyS, a lo cual el abogado señaló que ya había pasado mucho tiempo, a pesar de la flagrancia comprobada.

¿Qué hubiera pasado si la denuncia ante tales agravios en la FCPyS, no hubieran tenido el cargo de Violencia contra las mujeres, sino Secuestro o Robo? estamos seguras que la intervención de la FCPyS y de cualquier otra institución no se hubiera puesto en duda.

Posteriormente, el abogado informó a las denunciantes, sólo de palabra, que citó a Juan Carlos Sosa Ramírez y le comunicó que no debía agredir a las denunciantes; y señaló no poder obligarlo a que firmara algún documento el cual les sirviera como protección.

Esta respuesta de una institución no era suficiente, ellas señalaron una serie de razones por las cuales corrían más peligro: estaba por notificársele la reapertura de una averiguación previa, la notificación de una nueva. No obstante, el área jurídica, poco sensibilizada para tratar estos temas, decían a las denunciantes “no creemos que les haga algo” hoy respondemos: NO NECESITABAN QUE LES HICIERA MÁS.

En una reunión posterior con la secretaria académica de la FCPyS, ante la manifestación del miedo justificado, ésta señaló a una de las denunciantes que el Director Fernando Castañeda, enterado de la situación, les ofrecía las facilidades para que terminaran su proceso de titulación sin asistir a la Facultad, o bien, ofrecían un cubículo o un espacio para que se resguardaran. Ello, porque la legislación universitaria no les permitía hacer más, y porque no podían coartar los derechos universitarios del agresor, pero sí limitar el derecho a la libertad de transito dentro del campus universitario, su seguridad, desarrollo académico y por tanto su proyecto de vida; ello al permitir que el agresor conviviera en el mismo espacio de estudio, como es la Facultad.

La FCPyS a la luz de los derechos humanos de las universitarias,estaba haciendo nada para protegerlas, y restó importancia y omitió el daño psicoemocional manifestado por las denunciantes y dictaminado profesionalmente.

La respuesta de la FCPyS, tuvo como consecuencia que las denunciantes dejaran de realizar sus actividades en el campus, y si asistían debían ir acompañadas. Por su parte el agresor, cobijado por la justicia patrracal, después de que se le notificaron las denuncias en su contra, siguió asistiendo a la FCPyS, se inscribió a un Diplomado, fue profesor adjunto del profesor Gabriel Campuzano-Paniagua, profesor que a través de su página de Facebook expresaba la defensa del agresor, pues opinaba los actos violentos cometidos eran su vida personal, nos explicamos porqué Juan Carlos Sosa era su adjunto.[http://www.eluniversal.com.mx/ciudad-metropoli/2014/protestan-por-omision-en-caso-de-agresion-a-alumnas-en-la-unam-1010219.html]

En un contexto en el que las instituciones siguen encasilladas en que la violencia entre parejas es un asunto personal, en el que los procesos penales no están hechos para proteger a las mujeres, su demora y desgaste para que desistan es irracional, RedNes decidió apoyar el caso, porque lo personal es politico, y a más de 7 meses después de que las universitarias denunciaron, la UNAM decía no poder hacer nada.

El estado emocional y riesgo a la integridad física que les provocaba a las sobrevivientes el contacto directo e indirecto con el agresor, NO ES un asunto personal que ellas debían aguantar, o dejar de asistir a la FCPyS; sea donde fuera que hubieran ocurrido los hechos, él es un agresor que ejerció violencia machista en contra de tres universiarias, y este hecho, a la luz de los derechos humanos de las mujeres es un asunto de Estado.

Por lo que, en el mes de mayo de 2014 (con el apoyo de REDNES) se envió una carta al Director de la FCPyS, CCP al Abogado General de la UNAM y al PUEG [http://noestansolas.blogspot.mx/2014/10/carta-al-director-de-la-fcpys-frenando.html]; a su vez, SE DENUNCIÓ públicamente al agresor, para poner a salvo a las universitarias ya que la institución decía no poder hacer nada por las limitaciones el legislación universitaria, nosotros sí logramos JUSTICIA SOCIAL.

A partir de la denuncia se hizo pública diversos medios, las denunciantes recibieron llamadas de autoridades de la UNAM para que esta vez sí fueran escuchadas, ampliaron sus denuncias, a las cual se adjuntaron más pruebas, como correos electrónicos en los cuales el agresor aceptó haber agredido físicamente a una de las denunciantes, justificándose por su consumo de drogas, correos en los cuales acosaba sexualmente (dichos correos no fueron recibidos para archivar el expediente, por el fuerte contenido sexual) descripciones más específicas de una de las denunciantes a la cual sí agredió dentro de la FCPyS.

Esta vez, se les escuchó, se leyeron cuidadosamente las denuncias, se pidieron más pruebas. Se les ofreció atención psicológica y asesoría jurídica (aunque el seguimiento sólo fue inicial).
Esta vez, no estaban solas, agredieron a tres y las colectivas de mujeres, hermanas, amigas, compañeras, madres, habían sido agredidas por JUAN CARLOS SOSA RAMIREZ, por lo cual, alzamos la voz, señalamos a un agresor, la denuncia tenía el objeto de que fuéramos escuchadas, de hacer justicia social, ya que en estos temas la justicia patriarcal de las instituciones no nos sirve.

Asimismo, la función del escrache fue ayudar a las sobrevivientes de este agresor a la sanación de su proceso, el ver que la justicia institucional (PGJ- IFAI, UNAM) es inexistente, y que ante tal omisión a quien protege es al agresor, se crean estragos que re-victimizan a las denunciantes.

Por lo cual la sororidad entre quienes entendemos lo que es la violencia machista por parte de un agresor y de las instituciones decidimos gritarlo.

En resolución concreta la FCPyS resolvió que invitaría a las denunciantes en la participación del protocolo de violencia contra mujeres en la UNAM, se conminó a Juan Carlos Sosa Ramírez para que se condujera con el debido respeto a las denunciantes, de lo contrario se actuaría con todo rigor.

Finalmente, el agresor firmó un acta de hechos en la cual se comprometió a no agredir física y verbalmente a las sobrevivientes, ni fuera ni dentro de las instalaciones de la FCSyS, y se comprometió a terminar las materias que faltan en alguna modalidad en que no se presente físicamente en la Facultad, asimismo ajustar su titulación para que no incomode a las denunciantes.

La institución no ofreció una contestación concreta a la carta de las denunciantes, únicamente notificó una carta de hechos que firmó el agresor. (http://noestansolas.blogspot.mx/2014/10/carta-que-firmo-juan-carlos-sosa.html)


¡GRACIAS A TODXS POR SU SORORIDAD!
¡POR LA DIGNIDAD Y JUSTICIA UNIVERSITARIA!
¡POR EL CASTIGO A LA VIOLENCIA FÍSICA Y MORAL CONTRA LAS MUJERES!!
¡POR ESPACIOS UNIVERSITARIOS LIBRES DE VIOLENCIA!
¡PORQUE LO PERSONAL ES POLÍTICO!
¡POR UNA UNAM LIBRE DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES!



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